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Colaboraciones

EL ACEITE DE OLIVA

1. COMPONENTE FUNDAMENTAL DE LA DIETA MEDITERRÁNEA.

Autor: Enrique Delgado, Córdoba (España) - Visitar su página web

    La dieta mediterránea es el conjunto de hábitos alimenticios que han seguido, durante milenios, las poblaciones ribereñas del mar Mediterráneo. Consiste en una variada y sabia mezcla de alimentos, combinados de un modo tan peculiar que proporciona todos los nutrientes necesarios para una vida sana.

    Pero, además, es auténtico tesoro cultural y astronómico, gracias a que todas las civilizaciones que se han ido sucediendo, a lo largo de los siglos, han dejado su impronta en la dieta, hasta llegar a nuestros días.

    En este resultado final es fundamental el protagonismo del aceite de oliva, eje fundamental en torno al cual se elaboran la mayoría de los platos de la dieta mediterránea.   

 Esta importancia del aceite de oliva es indiscutible y depende de sus muchas virtudes, tanto gastronómicas como saludables.
Nutricionalmente su merito esta avalado por ser el alimento que aporta mas calorías a nuestra dieta, con lo que es el elemento clave que permite calificar de dieta mediterránea a las costumbres culinarias de países tan distintos como la península Ibérica o el Oriente próximo.

   Se puede afirmar que la dieta mediterránea no existiría sin el aceite de oliva. 

    Pero, además, es un valioso alimento, debido a su riqueza en diversos componentes, entre los que destaca el ácido oleico, el ácido graso monoinsaturado mas importante de la dieta. El ácido oleico se encuentra, en menores cantidades en otros alimentos como son las carnes, pescados, frutos secos y en otros aceites de origen vegetal; pero el aceite de oliva es el único producto natural sobre la tierra que está constituido, en su gran mayoría, por dicho ácido graso.

    Recientemente se han obtenido genéticamente otros aceites que son también ricos en dicho ácido graso, como ciertas variedades de colza, de cártamo y de girasol. Sin embargo todos éstos se han de refinar para su consumo, mientras que el de oliva puede consumirse como se encuentra en la naturaleza, sin refinarlo ni someterlo a ninguna manipulación química. Por ello los demás aceites no tienen el agradable sabor del aceite de oliva virgen y son menos gustosos para aliñar y guisar.

    En realidad el aceite de oliva es un genuino zumo natural, rico en múltiples componentes como la vitamina E, los beta carotenos y otros componentes antioxidantes que, en gran medida, se pierden cuando el aceite se somete al proceso de refinado a rectificado.

    Junto a su valor nutritivo el aceite de oliva es fundamental en nuestra dieta porque, en su condición de aderezo culinario, facilita el consumo de otros productos imprescindibles para la salud, como son las verduras y las hortalizas.

    Una característica típica de la cocina mediterránea es el modo de preparar los alimentos: se cocinan respetando sus peculiaridades. Las verduras, hortalizas y legumbres, se consumen mas o menos guisadas, pero en cualquier caso cada uno de ellos puede ser identificado en el plato, tanto por su aspecto como por su sabor.

    Esta forma de guisar es posible, en gran medida, gracias a la presencia del aceite de oliva, aliño fundamental capaz de dar el toque justo a los alimentos, para que sean apetecibles, sin desvirtuar su genuino gusto.    

En otras culturas los aliños son salsas e ingredientes de sabor fuerte o picante, que encubren no solo el color y aspecto de los alimentos sino también su propio sabor. Gracias a nuestro aceite, los menús de nuestra dieta son una equilibrada mezcla de productos, donde cada uno conserva sus propiedades nutritivas, aportando sus mejores fuentes calóricas, sus proteínas, vitaminas, minerales y otros micronutrientes.

     Se puede decir que el aceite de oliva no solo es beneficioso por si mismo, sino porque favorece el consumo de otros productos que sin él resultarían menos apetecibles. Por ello no puede concebirse un menú de dieta mediterránea sin la presencia de una abundante cantidad de aceite de oliva.

    Otros alimentos de la dieta mediterránea también de gran valor nutricional, son las legumbres y los cereales. Ambos son muy apreciados por su gran riqueza en calorías y fibra, derivadas de los carbohidratos, por sus proteínas, vitaminas y minerales.

    Estas cualidades, en cierta medida parecidas a las de las frutas y verduras, hacen de estos alimentos una parte fundamental de nuestra comida diaria. Pues bien, para que estén presentes en la dieta, es importante el aceite de oliva, ya que les aporta su agradable toque de sabor. De ello es buen ejemplo la tradicional y saludable costumbre de desayunar pan y aceite o la utilización de aceite de oliva en la preparación de la repostería tradicional.

    Estos dulces populares están, sin embargo, escaseando cada vez mas, ya que, con la progresiva industrialización, se esta imponiendo la repostería comercial, elaborada habitualmente con aceites distintos que, aunque son de origen vegetal, carecen de las virtudes saludables del aceite de oliva. Entre estos aceites están los de origen tropical, como los de palma y coco, en cuya composición predominan los ácidos grasos saturados, similares a los de origen animal y, por tanto, menos convenientes para la salud humana.

    El consumo de pescado es una de las peculiaridades típicas de la dieta de nuestro país, al igual que las pastas son típicas de Italia. Dicho alimento goza de excelentes virtudes nutritivas, por su riqueza en proteínas , en minerales, en vitaminas y en un tipo especial de grasa, la grasa poliinsaturada nº 3, presente sobre todo en el pescado azul.

    El pescado, cuando se consume en lugar de carne animal, disminuye el riesgo de enfermedad coronaria, porque su efecto sobre el colesterol es parecido al del aceite de oliva. Además, al igual que ésta, se le han atribuido virtudes importantes en la prevención de la trombosis y en la reducción de la tensión arterial.

    

    Estos beneficios se obtienen con el habito tradicional de tomar pescado unas tres veces a la semana, alternando el azul y el blanco. Ahora bien, al igual que ocurre con otros alimentos, su consumo esta favorecido por el aceite de oliva; gracias a él se obtienen excelentes resultados gastronómicos, que le dan variedad y placer a nuestra mesa, como sucede con el genuino pescado frito de nuestra tierra. No hay razones medicas suficientes, que justifiquen el tomar píldoras de aceite de pescado, como están poniéndose de moda en otros países europeos y americanos.


    Durante muchos años el aceite de oliva ha sido la grasa característica de la dieta mediterránea.

    En términos generales se puede decir que las distintas poblaciones y culturas utilizan su propia fuente de grasa, lo que determina sus costumbres dietéticas . Así , los anglosajones gustan de la mantequilla y carnes ricas en grasas; en Japón se consume abundantemente el pescado, y las poblaciones de países tropicales disponen de los aceites de palma y coco . Nosotros tenemos la fortuna de disponer de la mejor y mas saludable fuente de grasa, el aceite de oliva, incomparable por su valor nutritivo , por sus virtudes culinarias y gastronómicas. Sin embargo , tras miles de años en que su uso habitual era la costumbre, está siendo desplazado por otras grasas como consecuencia de la influencia cultural de otros países y de los procedimientos comerciales.

    Ello, sin duda, tiene un efecto negativo sobre la salud, por lo que hay que recuperar y difundir el consumo del aceite de oliva, recordando que es un excelente alimento y que, además, es la grasa mas saludable de todas.

    La obesidad es un importante problema de salud en las poblaciones occidentales, que cada día comen mas y hacen menos ejercicio.

    Actualmente, más de la mitad de la población de algunos países industrializados tiene un peso excesivo, con lo que aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial, diabetes, elevación el colesterol y de los triglicéridos plasmáticos, factores todos que aumentan el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares. Además, la ingesta calórica excesiva se ha relacionado con la osteoporosis y con el cáncer, problemas de gran importancia en las poblaciones occidentales.

    Sin duda, el aceite de oliva es un alimento rico en calorías, pero la experiencia demuestra que las poblaciones que toman diariamente 60 gramos tienen una vida sana. La clave es que su consumo se haga dentro de una dieta equilibrada, donde el aceite de oliva sustituya a otras fuentes de grasa menos convenientes. No existe una cantidad de aceite que se pueda considerar perjudicial, ya que, formando parte de una dieta adecuada y como eje fundamental de ella, el aceite de oliva será siempre beneficioso y la mejor garantía para nuestra salud.

    La dieta no es un fenómeno antropológico independientemente del resto de las costumbres del ser humano, sino un componente mas de la cultura y del estilo de vida.

    Día a día se están perdiendo los hábitos típicos de nuestra tierra, bajo la influencia cultural de los países anglosajones.

    Actualmente, en especial en las grandes ciudades, se está adoptando un modelo de vida sedentario, estresante, competitivo, con perdida de la cohesión familiar y con abandono del disfrute de las horas de ocio compartidas con los amigos. Las costumbres deben ser el complemento saludable de la dieta mediterránea y del consumo de aceite de oliva. Por ello, defender el aceite de oliva es defender la dieta mediterránea y reivindicar nuestro tradicional modo de vivir, reforzando los lazos familiares, disfrutando de nuestro clima con el paseo diario, manteniendo la serenidad ante la vida y conservando el placer de la amistad.




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